
Me encuentro con personas desajustadas con sus metas: desean un efecto pero detestan la causa. Como están desalineadas, no consiguen sus deseos y se sorprenden cuando afirmo que “querer” algo no sirve de nada de nada, lo que vale es la acción disciplinada.
Y lo que no vale es decir “Bueno, ya lo haré algún día” porque ese día nunca llega.
Para quienes regatear el precio de sus sueños, podrían encontrarse con que mañana el precio fuese mayor, cosa que suele suceder.
Raimon Samsó (El código del dinero pag.182)
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