jueves, 18 de febrero de 2010

El centésimo mono

El mono japonés Macaco, fue observado en su hábitat natural durante más de 30 años.
En 1952, en la isla de Koshima, algunos científicos estaban suministrando batatas a los monos, dejándolas caer en la arena desde unos aviones. A los monos les gustaba el sabor de las batatas crudas, pero encontraban desagradable su suciedad, les había aparecido un problema: la arena.
Una monita de 18 meses a la que llamaban Imo, descubrió que mojando las batatas en la orilla del mar, éstas quedaban más limpias y más sabrosas gracias a la sal marina. A partir de entonces comenzó a lavarlas siempre, y pronto comenzaron a imitarla otras hembras de la colonia.
Los machos, en cambio, se mantuvieron ajenos a este fenómeno. Posteriormente, las crías aprendieron a lavar el alimento de sus madres y al cabo de unos años, tras el relevo generacional, la conducta de lavar batatas ya estaba presente en todos los individuos de la colonia, tanto machos como hembras.
Esta innovación cultural, ese cambio, fue gradualmente aprendido entre 1952 y 1958. De pronto, algo sucedió. En el otoño de 1958, gran cantidad de monos en otras islas e incluso en el continente habían aprendido a lavar sus batatas, sin tener contacto con la colonia de monos de la isla de Koshima. El hábito aparentemente saltó por encima de las barreras naturales.
El investigador Watson se imagina el proceso de la siguiente manera: hay un número de monos necesario para pasar un determinado umbral y conseguir lo que se podría llamar masa crítica, para que el aprendizaje se extienda a toda la especie.
Si bien el número exacto de monos se desconoce, supongamos que para ese entonces, 99 monos estaban en el cambio. Sigamos suponiendo que aquella misma mañana, el mono número 100, también aprendió a lavar sus batatas. Cuando se agregó el mono número 100, creó una poderosa fuerza de cambio cultural.
De manera que cuando un cierto número crítico adquiere un conocimiento, y produce el cambio, éste se transmite masivamente de unos a otros. El centésimo mono significa que cuando solamente una cantidad limitada de personas tiene un nuevo comportamiento, éste permanece como propiedad del grupo, pero existe un punto, en el cual una sola persona más que se conecta con el nuevo comportamiento, produce que el campo transformador se fortalezca de tal manera, que dicho conocimiento se extiende a los restantes, ocupando toda la pirámide.
¿Cada uno de nosotros podría ser el centésimo mono para producir el cambio?

Cuando el 10% de la población esté ‘conectada’
el 100% lo estará

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