Si acumularas el aire, morirías porque se corrompería, dejaría de tener vida. Perdería su vitalidad, su cualidad vital.Lo mismo que ocurre con el respirar, ocurre con el amor. A cada instante es renovado. Siempre que uno resulta atrapado en el amor y deja de respirar, la vida pierde toda importancia. Y eso es lo que le sucede a todo el mundo: la mente es tan dominante que incluso influye sobre el corazón y lo convierte en posesivo.
Recuérdalo: ¡Enamórate de la existencia! Y deja que el amor sea como el respirar. Inhala, exhala, pero deja que el amor entre y salga. Poco a poco, con cada respiración tendrás que crear la magia del amor. Conviértelo en una meditación: cuando exhales, siente que estás volcando tu amor en la existencia; cuando inhales, siente que la existencia está volcando su amor en ti. Y pronto descubrirás que la cualidad de tu respiración está cambiando; empezará a ser algo completamente distinto de todo lo que has conocido. Por eso, en la India, lo denominamos, "prana", vida; no sólo respiración, no sólo es oxígeno. Hay algo más: la vida misma.
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